Roseline Velez y Raquel Robledo son miembros de una de las comunidades que viven en la huella del Bosque Modelo en Puerto Rico y alumnas del programa de capacitación de energía solar que el Bosque Modelo brinda usando la currícula de estudios de SEI.
El Bosque Modelo Nacional de Puerto Rico es una propuesta de gestión territorial con una visión común hacia el desarrollo sustentable. Une a diferentes organizaciones a través de una huella de aproximadamente 400,000 cuerdas de terreno en un área de valor ecológico importante, en donde hay casi 500.000 personas insertadas viviendo en comunidades.
Esta capacitación en energía solar orientada exclusivamente a mujeres es parte del trabajo que el Bosque Modelo realiza buscando generar empleos sostenibles que fomenten la sostenibilidad de las comunidades y del ambiente. Con 3 ediciones exitosamente brindadas ya son 44 las egresadas de este programa.
Conversamos con Roseline y Raquel para conocer su experiencia, entender sus motivaciones y exponer aquellas situaciones de desigualdad a las que nos enfrentamos como mujeres en industrias dominadas mayormente por hombres.
¿Por qué decidieron realizar esta capacitación?
ROSELINE:—Yo soy maestra de matemáticas, no tenía ningún conocimiento previo sobre la tecnología ni nada por el estilo, pero vivimos en una isla dónde hay mucha necesidad de este tipo de energía porque el servicio eléctrico es muy costoso y muy malo. También me motivó el hecho de que sea un curso solo para mujeres en un campo que está dominado completamente por hombres, yo apliqué dos veces antes que me aceptaran. Me sentí muy cómoda estudiando entre mujeres, porque fuimos muy compañeras, nos apoyamos y no teníamos miedo de nada. En Puerto Rico es difícil, las regulaciones estatales exigen que para ejercer en la profesión solar tienes que ser un Ingeniera Eléctrica o un Perito Electricista. Entonces para tener una compañía yo no podría hacerlo aunque sí me gustaría, porque yo soy de esas personas que quiere ser mejor cada día y seguir estudiando y escalando posiciones.
RAQUEL:—Yo ya tengo una profesión, soy Agrónoma con especialidad en Conservación. Yo ya me retiré, y realmente no deseo volver a trabajar a tiempo completo. Sin embargo, mi interés en los sistemas FV surge por una situación personal, porque tenemos un sistema en casa que tuvo una serie de problemas. Siempre escuchaba a mi esposo y discutía con los técnicos. Cómo yo no entendía del tema no participaba, así que mi motivación fue esa. Yo recibí la notificación que se estaba dando ese curso solo para mujeres y de sistemas FV y yo creí que por mi edad no me iban a aceptar. Porque es un curso que está diseñado para preparar mujeres para una profesión que van a ingresar al mundo del trabajo. Y cuando me aceptaron yo dejé en claro que si había otras mujeres más jóvenes que quisieran tomar el curso que se lo den a ellas, porque seguro van a beneficiar más a la sociedad que yo que no voy a entrar el mundo del trabajo. Ha sido una experiencia maravillosa.
¿Y cómo fue su experiencia trabajando en profesiones en las que predominantemente trabajan más hombres que mujeres?
ROSELINE: —El área de las matemáticas es un campo dominado por caballeros, y ya yo lo he vivido por mucho tiempo, una se siente como cohibida de hacer preguntas.
RAQUEL:—El mundo de la agronomía, que es un mundo predominantemente masculino, con frecuencia las opiniones de las mujeres se miran de lado y se juzgan o se toman en chiste lo que dicen las mujeres. El hecho que estén dando oportunidades a las mujeres de estudiar y trabajar juntas y aprender juntas es una fórmula ganadora definitivamente para cualquier de estos campos donde hay una población muy escasa de mujeres. Es una forma fabulosa de hacerlo y una muy linda experiencia.
¿Cómo fue su experiencia con el curso?
RAQUEL: —Para mi fue como un lenguaje nuevo, y eso requirió sumergirme en los significados del lenguaje, y además entender que oficialmente tienen un nombre pero en el negocio lo dicen de otra manera, y seguro en cada país lo llaman de diferente forma, y una debe estar atentas a esas diferencias para entender. Se enfatizó mucho en el curso que estábamos usando el código eléctrico de Estados Unidos y que en cada país hay que chequear el código que se usa.
ROSELINE: —Yo estaba muy entusiasmada, siempre que aprendo algo nuevo a mi me gusta dedicarle tiempo. Y tuve que dedicarle mucho tiempo. Porque son muchos conceptos nuevos y al principio se me hizo complejo visualizarlo en mi mente. Porque como soy maestra tengo que entenderlo de una forma que yo lo pueda explicar para poder enseñarlo. Aprender es algo maravilloso.
¿Y cómo les fue con la parte práctica?
RAQUEL: —Yo tuve la oportunidad de hacer 3 instalaciones en un internado de 20 horas en una compañía. Y terminé haciendo 30 horas con ellos, aunque ya había cumplido las horas requeridas para poder ver el proceso completo. Y ahí yo pude comparar cuán diferente puede ser un sistema solar de otro, dependiendo el tipo de paneles, del rack que se pone, etc. Esta experiencia me demostró que no puedes memorizar una fórmula, cada instalación hay que estudiarla en cada uno de sus elementos.
ROSELINE: —Como parte del programa se brinda una parte teórica, una práctica y un internado con una compañía para ver el trabajo en el mundo real. Yo hice la instalación con los profesores y me encantó. Lo hicimos con varias chicas, todas hicimos todos los procesos. Y fue maravilloso. Pero tengo esa misma sed de hacer el internado y estar desde el inicio hasta el final para comparar y aprender.
¿Tuvieron oportunidad de aplicar lo que aprendieron en el curso?
RAQUEL: —En mi caso hemos estado entrevistando a varias compañías para que nos arreglen el sistema en casa y ahora yo soy parte de esa conversación. Y es interesante notar cuando los técnicos se dan cuenta que entiendo algo, como buscan dar más información, colaborar y ayudar. Me ha parecido muy bien.
ROSELINE: —Siendo maestra una de las motivaciones que tuve para escoger el curso, es que si no puedo trabajar en el campo que aunque sí me gustaría y lo tengo presente, es enseñar. Mi intensión es enseñarle a mis estudiantes y también causar curiosidad sobre los sistemas FV para que ellos puedan estudiar esto en el futuro.
¿Hubo alguna diferencia trabajando en la “vida real” con respecto a la dinámica que experimentaron en el curso?
RAQUEL: —Por mi profesión, yo ya estaba acostumbrada a ser la única mujer en brigadas de 8 personas de hombres. Pero nunca había trabajado en brigadas completas de mujeres y nunca había podido comparar. En este caso cuándo me tocó hacer las prácticas, había un muchacho que actuaba de ayudante y que no tenía experiencia como nosotras que habíamos estudiado. Sin embargo valoraban más su trabajo y le permitían usar herramientas que a nosotras no.
¿Qué les dirían a otras mujeres que estén pensando en iniciar en la industria solar?
RAQUEL: —Si se abren otras rondas de cursos de estos, les recomendaría que lo tomen. Si quieren cambiar de profesión, fortalecer la que ya tienen o tener una profesión, porque no tienen ninguna, esta puede ser la suya. Porque muchas mujeres probablemente no puedan pagar un curso como éste, entonces esta es una gran oportunidad, les diría que no se lo pierdan.
ROSELINE: —Pienso que es un ambiente laboral magnífico, que es un curso maravilloso, que a otras mujeres se les instruya y se les comparta este conocimiento abre muchas oportunidades.
Cómo mujeres todavía nos toca recorrer un largo camino en esta y otras industrias, y más importante aún, nos toca educar a las juventudes para que las niñas sepan que pueden ser lo que quieran soñar ser. Cómo empresas y organizaciones nos toca asegurar oportunidades equitativas otorgando el apoyo y las herramientas necesarias para que esta industria crezca inclusiva y diversa.
¡Gracias Raquel y Roseline por compartir sus experiencias y sus puntos de vista! Fue realmente inspirador conversar con ustedes y esperamos que sus palabras motivan a más mujeres a sumarse a esta maravillosa y creciente industria.